sábado, 25 de julio de 2009







Entonces el murmullo acompaso el cielo y los ojos vertebraron los gritos.
Así en la negra de la voz acalambrado de cigarrillo
Se dieron los versos entre venenos de mil dialectos.
Sin nada imperturbable, se enredan cables y el viento.
Sin nada más que besos colgados en la almohada
Rematando los ojos por las espuelas de tu animo.
Sin más que una lengua que retrocede la belleza del rostro.
Sin más que un fantasma
Se perfila el amarillo coliseo empiezo a dormir los instintos.

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