Voy a escribir sobre tu nombre cosa fácil para infiltrarme en lo subrepticio (endoso divagaciones). Como si tus vocales fueran las hierbas de las que nos quedan ese aroma perenne en los instantes. Tu nombre rompe en sonrojo bajo sonrisa. Apenas supe que no vas de mi mano, anuncié el fanatismo por alcanzarte.
Puedo decirlo en todos los tiempos verbales:
Soy esa sombra que sigue aguerriendo perspectivas.
Entonces situó tu andar en escudriñar los temblores. Podría escribirte con todas las tintas y desnudaría tus incomodidades.
Siendo sombra vuelvo con los tiempos largos obligada a halagarte.
Sombreo como un centinela los venenos de los vicios. La calma en donde todos nos sentimos cómodos para sentamos a llorar la angustia, acostando velocidades de huidas. Las celebridades llevan sombreros a medida.
Los codos se apoyan en la arena, años de mirar el mar, el cielo, que al final son uno sólo. Gruñen las olas, rasguños de tener sueños, en toda congelación, en todo momento anido él poder saltar a aquellos ojos (peligros). Roses, ida y vuelta querella de lo romántico, barroco en lo posible, limites.
En mi cajón vuelven a achicarse las seducciones, necesito más cajones para guardar lo añorado, lo anidado, la anomia, lo que llore, lo que no espera más que la reminiscencia.
Capitán Lichi, tanto tiempo ha pasado, tantas despedidas, tantas distancias. Los fines vuelven como cuando en tiempos de Maquiavelo el tiempo era circular y espiralado. vuelven.
Las ciudades, las calles esperan ese choque inconcluso, postergado por los olvidos de lo que deberían hacer coincidir esas individualidades.
A quien se engaña sino es a uno mismo, estos ruidos de lazos, de prontas esferas, de rápidas probetas, de profetas sin delirios.
Sable es la lengua que interpreta los acontecimientos sin consultar los ávidos suspiros. Ese musculo caracolea en un intento de desbordarse, de desglosar el presente, ahora que las cosas me asustan. Ahora que vuelvo a sollozar lo dinástico es la traición de males que derrumban los demonios y los brindis. Queda la facultad de abrazar la dicotomía lealtad – traición.
Colmada de timideces, conductos, vectoriales, frases de esquivos, (por que él se va por la ventana).
Cobarde.
Como llegar temprano si me escapo a cada instante?.
Puedo decirlo en todos los tiempos verbales:
Soy esa sombra que sigue aguerriendo perspectivas.
Entonces situó tu andar en escudriñar los temblores. Podría escribirte con todas las tintas y desnudaría tus incomodidades.
Siendo sombra vuelvo con los tiempos largos obligada a halagarte.
Sombreo como un centinela los venenos de los vicios. La calma en donde todos nos sentimos cómodos para sentamos a llorar la angustia, acostando velocidades de huidas. Las celebridades llevan sombreros a medida.
Los codos se apoyan en la arena, años de mirar el mar, el cielo, que al final son uno sólo. Gruñen las olas, rasguños de tener sueños, en toda congelación, en todo momento anido él poder saltar a aquellos ojos (peligros). Roses, ida y vuelta querella de lo romántico, barroco en lo posible, limites.
En mi cajón vuelven a achicarse las seducciones, necesito más cajones para guardar lo añorado, lo anidado, la anomia, lo que llore, lo que no espera más que la reminiscencia.
Capitán Lichi, tanto tiempo ha pasado, tantas despedidas, tantas distancias. Los fines vuelven como cuando en tiempos de Maquiavelo el tiempo era circular y espiralado. vuelven.
Las ciudades, las calles esperan ese choque inconcluso, postergado por los olvidos de lo que deberían hacer coincidir esas individualidades.
A quien se engaña sino es a uno mismo, estos ruidos de lazos, de prontas esferas, de rápidas probetas, de profetas sin delirios.
Sable es la lengua que interpreta los acontecimientos sin consultar los ávidos suspiros. Ese musculo caracolea en un intento de desbordarse, de desglosar el presente, ahora que las cosas me asustan. Ahora que vuelvo a sollozar lo dinástico es la traición de males que derrumban los demonios y los brindis. Queda la facultad de abrazar la dicotomía lealtad – traición.
Colmada de timideces, conductos, vectoriales, frases de esquivos, (por que él se va por la ventana).
Cobarde.
Como llegar temprano si me escapo a cada instante?.