lunes, 28 de julio de 2008


Vuelvo y vuelvo al campo, al horizonte, a la planicie y despliego estos pies, adiestrando los sueños, adiestrando los interiores para deshollinar los miedos, los males de estas brujerías.
Apalabro al viento, a los cardos, las nubes. No hay mas que un par de ojos en la recepción un par de memorias y un secreto abollado en los delirios de los fuelles, tangamente la luz oscurece y vemos el cuerpo. Dos cuerpos que son mas que dos espejos reflejándose, son dos cuerpos que coaccionan los placeres, encardinando la gravedad, dos cuerpos imantados.
Efímeros despliegues curiosidades de la reflexión conjunta.